14 de febrero de 2019
Cook County Health (CCH) insta a los legisladores a tomar medidas para reducir la violencia con armas de fuego en el primer aniversario que se cobró 17 vidas en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida.
“Las demandas de regulación e investigación están ganando más fuerza que nunca y se las debe atender”, dijo Toni Preckwinkle, presidenta de la Junta del Condado de Cook. “Sin embargo, llegan demasiado tarde para los miles de estadounidenses que resultan heridos o mueren por la violencia con armas de fuego cada año”.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, cada día 96 personas mueren por armas de fuego en Estados Unidos y otras 192 resultan heridas por ellas.
En 2018, el Hospital Stroger atendió a más de 950 pacientes con heridas de bala y gastó casi 1 millón de dólares. Esto solo incluye el costo del tratamiento hospitalario inicial, no el tratamiento ambulatorio extenso o la rehabilitación que muchos pacientes requieren.
“Como cirujano traumatólogo, no hay nada más doloroso que ver la vida de una persona joven –o de cualquier persona– trastocada o destruida porque estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado”, dijo el Dr. Faran Bokhari, presidente de la Unidad de Traumatismos y Quemados del condado de Cook. “Estamos cansados de decirles a nuestros pacientes y a sus familias que necesitan una cirugía más o que no volverán a caminar porque alguien tuvo acceso a un arma que estaba destinada al campo de batalla. Esto no tiene sentido y es nuestro trabajo hacer todo lo que podamos para proteger a nuestras comunidades”, dijo Bokhari.
En 2018, casi 3000 personas fueron baleadas en Chicago y, según la Oficina del Médico Forense del Condado de Cook, hubo 599 homicidios relacionados con armas de fuego en ese condado. A pesar de que Chicago e Illinois tienen algunas de las leyes de armas más estrictas de los Estados Unidos, sigue siendo el epicentro de esta epidemia moderna de salud pública. La experiencia en Chicago e Illinois demuestra por qué las leyes estatales no son suficientes y por qué necesitamos leyes federales de control de armas.
CCH apoya la regulación de armas con sentido común y otras medidas para combatir la mortalidad y morbilidad causadas por las armas de fuego, incluyendo:
• Prohibición de los bump stocks y silenciadores para armas de fuego automáticas y semiautomáticas de alta capacidad.
• Fortalecimiento de los permisos y de los controles de antecedentes universales
• Exigir que cualquier persona que venda un arma tenga una licencia de comerciante.
• Exigir que se informe de un arma perdida o robada dentro de las 48 horas
• Financiar la investigación sobre la violencia armada para desarrollar iniciativas de salud pública.
• Invertir en más servicios de atención basados en el trauma para apoyar a las víctimas de violencia armada en su recuperación.